Acudir al psicólogo infantil suele suscitar dudas, tanto en los padres como en el niño. Veamos los aspectos fundamentales de la terapia psicológica infantil.
Herramientas terapéuticas empleadas por el psicólogo infantil
Tanto si has asistido al psicólogo como si no, te estarás preguntando cómo serán las sesiones terapéuticas con tu hijo o hija.
En muchas ocasiones, las herramientas utilizadas durante la sesión no distan mucho de las empleadas con adultos. Estas únicamente se adaptan al desarrollo madurativo del niño o la niña en cuanto a lenguaje y cognición. Además, se pueden usar otras técnicas específicas basadas principalmente en el juego.
Las sesiones suelen comenzar con un diálogo entre el psicólogo y el niño o niña sobre cómo ha ido la semana. Habitualmente, surgen temas que le preocupan, que no ha sabido resolver como él o ella quería, que no ha entendido o que han sido motivo de conflicto con algún miembro de la familia, amigo o compañero.
Técnicas proyectivas en la terapia psicológica con niños
En ocasiones, el niño tiene dificultades para expresar las emociones y pensamientos mediante la palabra. Es aquí cuando el psicólogo infantil emplea técnicas que permiten, mediante el uso de la creatividad, que afloren dichas emociones, necesidades o deseos poco conscientes.
En el ámbito de la psicología nos referimos a todas estas técnicas como técnicas proyectivas.
Con los niños son de gran utilidad, pues les ayudan a expresar y proyectar en un tercero (muñeco, dibujo, personaje de una historia, etc.) vivencias subjetivas que de otra forma quedarían ocultas.
De esta manera, al ser expresadas las emociones y pensamientos poco conscientes con la ayuda del psicólogo, se puede trabajar y reflexionar sobre ellas, buscando alternativas y revivenciarlas de otra forma más positiva.
Las técnicas proyectivas más empleadas en terapia por el psicólogo infantil son:
- Juego terapéutico con el psicólogo y/o en grupo de iguales cuando la intervención es de carácter grupal.
- Dibujo libre o con una temática en concreto (figura humana, árbol, casa, familia, etc.).
- Contar historias, normalmente usando de apoyo muñecos o dibujos.
- Teatralización y movimiento.
El psicólogo infantil trabaja con el niño y también con los adultos implicados en su cuidado y educación
Para una intervención psicológica efectiva, lo ideal es que los/as adultos/as implicados en el cuidado y educación del menor o la menor (madres, padres, tutores, monitores, etc.) tengan un mismo objetivo hacia el que dirigir todos los esfuerzos. Para lograrlo es imprescindible que se establezca una comunicación fluida entre ellos.
Aunque todos los/as adultos/as implicados van a compartir el mismo objetivo, el bienestar emocional del niño o la niña, cada uno tiene un papel distinto. Dependiendo del tipo de relación y del ámbito en que esta se desarrolle, el adulto tiene que desempeñar unas funciones u otras con el menor.
El psicólogo tendrá sesiones periódicas con vosotros, los padres, fijadas por él, además de las que necesitéis y le solicitéis.
Por otro lado, y en la medida de lo posible, establecerá una comunicación directa con la tutora o tutor escolar. Si en las sesiones surgen temas relacionados directamente con el ámbito escolar –dificultades específicas con una asignatura, compañero o profesor–, lo pondrá en conocimiento del tutor o tutora.
Si desde el centro educativo detectan algún aspecto que se puede trabajar en sesión terapéutica, podrán comunicárselo al psicólogo, quien recogerá la información y la tendrá en cuenta para realizar la intervención adecuada.
El psicólogo infantil también estará en contacto con los monitores de actividades extraescolares para trabajar en la misma línea, en caso de ser relevante para la terapia.
Es importante destacar que en ningún momento el psicólogo contactará con los adultos que trabajan con vuestro hijo o hija para tratar temas relacionados con ellos sin vuestro consentimiento explícito y sin que sepáis el motivo.
Intervención del psicólogo infantil con el grupo de clase: otra manera de resolver los conflictos
Es posible que en algún momento vuestro hijo o hija haya llegado a casa contando alguna experiencia desagradable vivida en el centro escolar y relacionada con el contacto con sus compañeros. Es algo bastante frecuente, ya que la socialización se desarrolla en esta edad y, sobre todo, en el aula y entorno escolar.
Los conflictos forman parte de la vida de los grupos de personas. Para que surja un conflicto, tienen que estar implicados, al menos, dos partes. A veces, sólo nos centramos en trabajar con una de las dos partes, lo que dificulta enormemente la resolución del mismo.
Suele ser de gran ayuda la intervención con el grupo de clase porque, a pesar de que no todos los miembros haya participado activamente en el conflicto, lo más probable es que al menos hayan sido testigos de lo ocurrido.
La intervención con el grupo de clase puede marcar un antes y un después en el rumbo de las relaciones y poner fin a los conflictos. Así hacemos partícipes a todos, también a quienes no han participado activamente en el conflicto.
En estas dinámicas fomentamos el diálogo, damos espacio a cada alumna y alumno para expresarse y ser escuchados y facilitamos la reflexión y la empatía con el resto. Además, incidimos en desarrollar un sentimiento de pertenencia al grupo donde todos y todas añaden valor. Esto suele tener buenos resultados en la resolución de conflictos, no solo presentes sino pasados y futuros.
Papel de los padres en la terapia con el psicólogo infantil
Los padres sois las figuras más importantes en la educación de vuestros hijos e hijas. Es en casa donde los niños y niñas desarrollan su afectividad y aprenden las primeras herramientas para desenvolverse en el ámbito familiar y para enfrentarse al mundo fuera de la protección materna y paterna.
Cualquier trabajo que haga el psicólogo infantil tiene una corta trayectoria e influencia sin la colaboración de la madre y el padre.
La primera sesión con el psicólogo infantil se realiza con el menor y todos los familiares con los que convive. En ella, tanto vosotros como vuestro hijo o hija expondréis cuál o cuáles son los motivos por los que decidís iniciar un proceso terapéutico en este momento.
Por su parte, el psicólogo os explicará en qué van a consistir las sesiones, la periodicidad y cómo cree que os puede ayudar. Además, resolverá las dudas que a cada uno os puedan surgir.
A partir de entonces, y además de las sesiones individuales con vuestro hijo/a, se podrán establecer sesiones conjuntas de forma periódica –por ejemplo, una vez al mes o una vez cada tres meses– o sólo con vosotros.
Si en algún momento surge alguna preocupación o situación que queráis tratar con el psicólogo infantil, también podéis solicitar una sesión fuera de las establecidas.
Terapia psicológica infantil tras un divorcio
Si os habéis divorciado, tenéis la guarda y custodia compartida y quieres que tu hija/o inicie terapia con un psicólogo infantil, tienes la obligación de informar a tu expareja. El terapeuta te proporcionará un documento que deberás firmar, por el cual te comprometes a ello.
El psicólogo planteará como escenario ideal que acudáis juntas/os a las sesiones pero, si no es posible, estas serán por separado. En todo momento mantendrá una posición neutral.
Cómo hablar al niño sobre ir al psicólogo
Uno de los aspectos que suelen preocupar a los padres a la hora de iniciar un proceso de terapia infantil es cómo transmitirlo a su hijo o hija.
En Atalanta Psicología pensamos que al niño siempre hay que decirle la verdad sobre el lugar al que va a acudir. Le explicaremos por qué queremos que asista a terapia y qué se va a esperar de él o ella en esa situación.
Las explicaciones al niño/a deberán estar adaptadas a su edad y capacidad de comprensión. De esta forma, no usaremos las mismas palabras y argumentos con un niño/a de 7 años que con uno/a de 11, al igual que no lo hacemos con otros temas cuando hablamos con ellos/as.
También es importante responder a todas las preguntas que nos puedan hacer con un lenguaje sencillo. Si alguna no somos capaces de responderla porque tiene que ver con la metodología de las propias sesiones, podemos decirle que en la primera sesión el psicólogo podrá contestarla.
Para que tenga éxito la terapia es importante que el niño colabore con el psicólogo
Una estrategia que suele funcionar es que los padres y madres muestren ante sus hijos/as una actitud positiva respecto al hecho de ir al psicólogo.
Es desaconsejable realizar comentarios del estilo: “En la vida hay que hacer cosas que no queremos hacer. A mi no me apetece estar aquí esperándote y tengo que hacerlo”.
Por el contrario, comentarios como “No te preocupes, yo estaré aquí cuando termines. Si no estás a gusto puedes decírmelo”, suelen tener mejores resultados.
En todo caso, las explicaciones que le daremos girarán en torno a la búsqueda de ayuda que toda la familia, no sólo el/la menor, necesitáis para superar la situación que actualmente os está causando malestar o sufrimiento.
Es importante transmitirle que es un trabajo que hacéis de forma conjunta toda la familia y que, por ese motivo, le pedís que os ayude colaborando con el psicólogo.
Por último, otra estrategia que funciona es “desdramatizar” el hecho de acudir al psicólogo. Explicaciones como que ir al psicólogo es como acudir a cualquier otra/o profesional de la salud o que hay muchas personas que van a terapia —seguro que podéis ponerle el ejemplo de alguien cercano—, ayudan a “quitarle hierro”.
Los psicólogos infantiles de Atalanta no trabajamos desde las etiquetas
Acudir al psicólogo no implica necesariamente que exista un problema de salud mental.
En ocasiones, vamos al psicólogo porque nos sentimos tristes, irascibles o más nerviosos de lo normal, porque nos cuesta conciliar el sueño, o porque la situación que estamos viviendo nos supera y no encontramos las herramientas para afrontarla. Todos estos ejemplos son síntomas.
A veces el conjunto de varios síntomas se encuadran bajo una etiqueta –depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo, etc.– y otras veces no.
Los psicólogos de Atalanta tenemos en cuenta los síntomas de cada niño/a, pero centramos nuestro trabajo en el sufrimiento actual que os ha llevado a buscar ayuda psicológica. No lo hacemos desde la etiqueta o el diagnóstico que esa persona tenga.
Entendemos que cada persona es distinta y, por consiguiente, cada intervención tiene que ser distinta y ajustada a las necesidades presentes de cada individuo.
El psicólogo infantil tendrá en cuenta el historial médico y psicológico. También tomará en consideración la información proporcionada por el tutor escolar y otras figuras relevantes.
En cualquier caso, serán el contenido que el niño o niña trae y las aportaciones periódicas de la familia los factores que más influyan en las decisiones del psicólogo en cada sesión de terapia.
Los psicólogos infantiles de Atalanta no elaboramos un programa preestablecido para todo el proceso terapéutico del niño/a. Aunque haya temas a trabajar de manera recurrente, otros tendrán más que ver con el día a día del niño/a y sus experiencias recientes.
Ejemplo
En un caso de niño con diagnóstico de síndrome de Asperger habrá psicólogos que establezcan un plan de trabajo por el cual en cada sesión se trabajará un aspecto en concreto. Así, se dedicaría una sesión determinada a tratar «cómo comportarse en una fiesta de cumpleaños», independientemente de lo que le haya ocurrido al niño/a durante la semana o lo que le vaya a ocurrir en la siguiente.
Por el contrario, los psicólogos infantiles de Atalanta priorizaríamos atender las necesidades del niño/a derivadas de sus vivencias recientes o las próximas a corto plazo. En este caso, solo trabajaríamos este tema cuando el niño/a haya asistido durante la semana o vaya a asistir próximamente a una fiesta de cumpleaños y consideremos que necesita un apoyo al respecto.
Tratar cuanto antes el problema del niño con un psicólogo facilitará su solución
Cuando desde casa os planteais buscar un psicólogo que os ayude, suele ser porque o bien como padres/madres habéis notado alguna dificultad o sufrimiento en vuestro hijo/a, o bien porque algún profesional –habitualmente las profesoras/es– os lo ha recomendado.
Quizá no llegáis a entender qué le está ocurriendo, pero conocéis a vuestro hijo o hija y sabéis que algo ha cambiado, provocando malestar tanto en él o ella como en el resto de la familia.
Siempre es recomendable tratar estas dificultades cuanto antes, puesto que un trabajo a edades tempranas va a facilitar un pronóstico más positivo. Si, por el contrario, no le damos importancia a la problemática presente y no se trata de forma adecuada, los síntomas pueden irse agravando con el paso del tiempo, en ocasiones derivando en patologías más complejas.
Papel del psicólogo infantil desde el enfoque sistémico: Terapia Familiar
Desde Atalanta Psicología ofrecemos otro tipo de intervención psicológica para trabajar los síntomas observados en vuestros hijos e hijas. Se trata de la intervención Familiar Sistémica.
A través de un trabajo con toda la familia nuclear, podréis entender qué está ocurriendo y qué origina el malestar que todos los miembros estáis sintiendo. Con la ayuda del psicólogo podréis encontrar herramientas y descubrir las potencialidades que tenéis como familia para afrontar las dificultades y hallar alternativas más satisfactorias para todos.